sábado, 19 de octubre de 2019

Capítulo XIV:Mossos y Policia Nacional se comen el marrón.

  Al parecer no hay otra opción anta la frustración nacionalista que aguantar el chaparrón durante ya cincos noches que recae sobre las fuerzas de seguridad como si fueran las culpable de los desaguisados de los políticos. Está en el guion de los mando lo que estamos viendo, al parecer en todas partes se reacciona de igual manera cuando hay que protestar por lo que sea que ha ofendido a una parte de la sociedad.
  La contención y no de los independentistas está siendo la regla y se les reconoce en su empeño de no dar motivos a los que arrojan de todo a sus filas. Llama la atención el como han atraído a menores de edad y jóvenes en general a la juerga nacional, se les ve con entusiasmo cargar el carro de la compra con adoquines, correr las jardineras de sitio, usar los contenedores, romper señales de tráfico y semáforos y otras cosas que no se ven, lanzan y desafían a los guardias, sacuden al algunos medios de comunicación y todo televisado. Si lo almacenado en los medios de comunicación sirvieran para pillar a los jóvenes que han participado activamente en las movilizaciones se cubrirían los daños con pequeñas multas, no demasiado porque sus padres tendrían que asumirlas y algunos no sabe lo que tienen en casa, otros se supone que sí y que les alientan, habrá de todo.
  El juego de lanzar objetos contundentes a una policía que según dicen sus representantes están equipados con deficiencias importantes y a pesar de saber lo que se hacen no ha evitado lesiones importantes entre ellos. A pesar de hacerlo con cuidado han provocado algunas lesiones en los manifiestamente hostiles que les acosan hasta que no les queda otra que "cargar".
  La política es complicada, más que los tumultos que se comen los policías, siempre se dice que en los tumultos debieran participar quienes son responsables de  ellos, pero aquí empieza la dificultad de encontrar a los  responsables cuando unos se escudan en otros y todos fuera del tumulto. Se siguen y valoran los acontecimientos y es de esperar que no se cargue contra la policía por sus cargas que para el gusto de mucho debieran ser más contundentes y eficaces, de momento no hay nada que objetar, otra cosa es lo que opinen ellos de su quehacer diario, de su paciencia, de su resistencia, de lo desagradable de  tener a un compañero herido y tener que retirarle. Impresionó ver a un abuelo retirar señales de tráfico ante la indiferencia de los jóvenes y no es menos impresionante que salga en la prensa como defensor de los policías, el objetivo nunca fue él y se movía a su aire retirando objetos.
  El espectador, que somos muchos, de canal en canal de televisión, que lo ve todo y no puede hacer nada, se encuentra impotente ante los acontecimientos que son seguidos sin perder detalle. La no violencia no encaja con los visto estos días. La participación pacifista no se mostró o no la vimos, el morbo de la violencia nos atrajo a más telespectadores que lo que quisieron enseñarnos con medio millón y poco de participantes, ¿Dónde quedó el millón y pico de otras veces?, solo un  detalle en Lérida con las personas que se interpusieron entre radicales y la policía es de destacar, sirviera o no de algo.
  Las fuerzas de seguridad están para estas funciones, la de calmar los ánimos de la  masa, no toda, frustrada que se expresa con fuego, fuego y fuego. Esperemos que sigan con contención y que los votantes sepamos elegir a nuestro representantes con más tino para reconducir la política Autonómica y Nacional.

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