Imaginemos como se comportarán en el Parlamento:
Está cerca la investidura y lo más entendible es la de pactar con el PP que se abstendría para que gobierne el PSOE con los pactos pertinentes o puntuales en cada proceso en la Cámara.
No parece viable a estas alturas, lo firmado invalida esta opción, lo que nos lleva a una situación poco agradable donde las acusaciones serán recurrentes. El lenguaje verbal y no verbal será demasiado evidente del desencuentro entre los partidos mayoritarios en los que entrarán al trapo el resto.
Cada partido en un toma y daca, pasándose los acontecimientos por sus caras. La pelea será dura y complicada para derechas e izquierdas y nacionalistas e independentistas.
La sonrisa de Puigdemont viendo pronto la República como opción de gobierno pondrá en un punto caliente a la cámara, el diálogo constructivo será complicado y las peinetas tenderán a fluir con demasiada frecuencia.
Los debates serán broncos y la imagen que venderemos muy desagradable. No estamos solos en este mundo.
El PSOE se ha llevado el gato al agua, ¿El como? es la causa del desaguisado que tendremos que resolver o nos perseguirá durante demasiado tiempo. Menos mal que somos una democracia parlamentaria en donde habrá elecciones en un tiempo lo cual no quiere decir que saldremos de los problemas que seguiremos teniendo.
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