Es posible que la amnistía no la firmen los partidos con los que han pactado la investidura. Los medios dicen que se quedan solos los del PSOE. Han calculado que afecta a trecientos y pocos ciudadanos, una vez hecha podrían haber sido más generosos. Demasiados policías fuera de la amnistía, no se les perdona su intervención.
He intentado leerla y es complicada, las primeras 17 páginas donde justifican la propuesta de la ley. El resto es tranquilizador para mis temores de indemnizar a los amnistiados, los pocos millones que supondrían se compensan con la superfinanciación que les caerá. Nada de nada. Se les perdona todo, no tendrá un borrón en su expediente, conservan la antigüedad en sus trabajos. Excluye el perdón para los delitos de terrorismo cuando exista una condena firme y hayan consistido en alguna de las conductas previstas en las directivas europea, que abarcan desde atentados mortales a la fabricación de explosivos, así como los de torturas.
De las implicaciones constitucionales no puedo decir nada, no tengo capacidad para interpretar estas cosas. Estaré al tanto de lo que digan los entendidos.
La amnistía no es lo más importante de lo pactado. Otras cosas son de más enjundia, los mediadores, la financiación, la caja de la SS, la persecución política de los jueces sobre los políticos, cosas que no salen en la propuesta de la ley de amnistía que revuelven las tripas a muchos sectores de la Administración, del poder judicial, de la CEOE, de la calle en general que se ha cabreado. Los que se manifiestan contra el PSOE creen tener razones para hacerlo, los exaltados son mal recibido, el tiempo puede calmar las aguas y debieran dejar hacer a la justicia que recibirá demandas diversas para tenerles ocupados unos años.
Sería deseable que la policía no tuviera demasiado trabajo y que las aguas vuelvan a su cauce. Mucha información vamos a necesitar para entender aquello que nos proponen asumir y que tantos dicen que es un error tras otro que nos lleve a la quiebra del sistema, no poder pagar la deuda, no poder asumir milagrosamente que el país se rompa en 19 reinos de Taifas. No es para hoy esa opción que nos asusta demasiado y calienta el ambiente.
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