sábado, 29 de agosto de 2020

Capítulo LVII: No queda otra

  Que arriesgarse y poner la enseñanza en marcha  con lo que supone en la movilidad focalizada hacia autobuses y centros de ida y vuelta.Se supone que las medidas con mascarillas y distanciamiento se cumplirán los mejor posible,aún así el riesgo importa.Los colegios y las residencias importan mucho.Las reuniones van a ser más entre padres y es obvio que los abuelos se abstengan de llevar y recoger  los niños,siempre habrá quienes se consideren imprescindibles en esa labor y se arriesguen por su familia.

  La lucha Autonómica irá a tope hasta el estado de alarma si fuera necesario,no nos queda otra que insistir en que el virus no se ha ido y no se irá mientras tenga oportunidades y estas se las ofrecemos quienes bajemos la guardia, una estupidez la puede cometer cualquiera,un olvido de mascarilla,un lavado omitido, un acercamiento excesivo.

  Las vacunas siguen su largo proceso y hay que esperarlas,mientras tanto nos la tenemos que jugar,no nos queda otra.

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