domingo, 16 de agosto de 2020

Capítulo LVI: Determinismo

Un paréntesis para dedicarlo al Rey Emérito en paradero desconocido y volvemos al coronavirus. Los tests se hacen, los médicos de familia detectan casos y piden cuarentenas que los ciudadanos normales aceptan y los anormales se disculpan diciendo que estás de vacaciones y no se van a quedar en casa. Ante esta situación que hacer, pasar del tema o informar a las autoridades. Las autoridades que pueden hacer, pasar del tema o aplicar sanciones. Las sanciones son eficaces o asumibles por el ciudadano que se niega a colaborar. La atención primaria no puede garantizar lo que ellos detectan y menos aún a los que hacen por no ser detectados como los que asistieron a un prostíbulo donde hubo positivos por ejemplo y otras situaciones que exigen secretismo. En suma los contagios suman y siguen. Poco a poco iremos cayendo más y más ciudadanos y a confiar en el sistema sanitario y la rueda de la fortuna.

No es asumible el libre tráfico del virus sin contramedidas, estas son ineficaces por desidia de los ciudadanos, así pues estamos expuestos al casi libre tráfico del virus y quien sobreviva se alegrará y al resto solo nos queda llorarnos. La vida sigue, la movilidad y sus limitaciones tienen eficacia reducida y los barrios son campo de cultivo idóneo para el corona.

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