viernes, 7 de agosto de 2020

Capítulo LV: Envidia tiñosa ¡ Soy Juan Carlos I !

  Poco hay  que añadir a quien no está en Santo Domingo y ahora parece estar en Abu Dabi.

  Se mueve por el mundo tan bien como por el agua un pez. Amigos tiene y habilidades sociales quisieran tener sus enemigos tantas como las tiene él.

  ¿Porqué se ha ido? Por presiones del Gobierno que no de los ciudadanos que cada vez nos vemos menos representados en los políticos y en la política de  aquí te pillo aquí acabo contigo.

  Acabar con quinientos años de Monarquía por presuntos desmanes de un abuelo verde que se ha enriquecido y ha podido perder el norte con el fisco tiene arreglo y hay medios para ello. Implantar una República bolivariana por Decreto usando a los Independentistas puede intentarse y no parece el momento apropiado con los líos que tienen todos en sus casas.

  Los ciudadanos somos manipulables por los medios de comunicación que pueden dar la vuelta a una tortilla si se empeñan. Debieran dedicar más empeño en mantener a las clases medias en vez de reducir a todos a una pobreza subvencionada que facilitaría la implantación bolivariana y por ese camino parece que marchamos todos como borregos.

  Salir de la crisis socio sanitaria es nuestra primera obligación, mantener el aislamiento en lo posible, usar mascarillas y no bajar la guardia. El confinamiento no va a ser posible o nos empobrecemos a grandes pasos, la lucha ha de seguir con los medios que tenemos y con imaginación. Los test baratos  e individualizados son una opción ya planteada, solo se precisa tenerlos en el mercado cuanto antes mejor como el de embarazo. Las vacunas se hacen esperar y pueden no ser tan resolutivas como se espera. 

  En estos momentos los brotes nos tienen como al peor País de occidente y eso tiene que arreglarse, no podemos ser siempre los primeros en todo lo negativo, algo hacemos mal, muy mal, debemos usar muy mal la libertad individual para saltarnos a la torera la reglas mínimas de buena conducta y así nos va, tan mal como a Juana Carlos I, solo que él tiene recursos para nadar contracorriente y el resto de los mortales dependemos de quienes nos representan y debemos exigirles que lo hagan mejor.

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