miércoles, 24 de junio de 2020

Capítulo XLIX: Los contagios crecen

  El estado de alarma acabó,la actividad se generaliza,la movilidad también,la incertidumbre nos amenaza,la juventud no tiene conciencia de peligro y desafía al sentido común,la policia se afana en poner cierto orden y algo se va logrando.

  Lo cierto es que los muertos caen a uno o dos por día,lo que hace  tener la sospecha de que el virus mata menos, los contagios casi llegan a doscientos y surge rebrotes diversos, en las carnicas,en los temporeros del campo,en las reuniones familiares, en residencias y hostales,la geografia nacional se ha llenado de una docena a una quincena de puntos que hay que tener en cuenta para contener al coronavirus.

  La esperanza de contagios por debajo de cincuenta se nos escapa, eso parece por la diversidad de actividades que precisan personas que trabajen codo con codo y que al parecer viven demasiado hacinados en viviendas de pocos metros por necesidad económica y que viajan demasiado juntos de casa al trabajo y viceversa.

  Los centros de salud hacen el PCR a todo lo que se mueve y contienen la difusión imponiento confinamientos con criterios adecuados.Son conscientes de que hay actividades de más riesgo en locales de mayor riesgo y es de suponer que detecten más y mejor hasta los asintomáticos que suelen ser mayoría y de difícil localización.Aún queda una búsqueda de sospechosos que queda en la cabeza de los que pueden pedir las pruebas y no todas las sospechas detectan casos nuevos.

  Desconozco la búsqueda entre adolescentes,entre diez y catorce años que dependen del pediatra, que tienen una minusvaloración del riesgo y que acudirán al pediatra poco o nada y se escapan a los tests.Por su juventud,su evitación médica,su ir por la calle sin mascarillas,son demasiado vulnerables y aún siendo asintomáticos en el caso de contactar con el virus se cruzan con sus familias donde pueden hacer mucho daño.

  

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