La IA cae de 600, más de cien puntos respecto al domingo 29 de mayo. Los fallecidos son muchos, más de 200 por semana desde Semana Santa, no son tantos como en la 6ª ola donde pasaron de 9000, pero pasamos de 3000 y los mayores fallecen demasiado, la esperanza de vida se acorta a un buen ritmo.
La covid 19 no se gripaliza, el no aislamiento de los positivos no ayuda, el no uso de mascarillas en los comercios y en la calle no ayuda. Se ha bajado la guardia demasiado por decreto ley y el virus busca y encuentra donde refugiarse, el topillo Grimsö en Suecia convive con él y mejor no hablar de la muerte de los topillos en Castilla y León hace unos pocos años, no se dieron explicaciones y se dejó de hablar del tema, se supone que no quedan topillos en el campo o que ya no mueren tan fácilmente o que ya aprendieron a vivir con un coronavirus. Son suposiciones al encontrar hoy la noticia del topillo en Suecia y leer que en el Oeste de Europa y el norte de Asia es donde están más arraigados.
Si la mitad de los infectados tienen más de 60 años y los fallecidos son más en mayores de 80 años no se puede tardar en revacunar, dejarlo para el otoño es dar ventaja al virus. De momento observar su comportamiento y esperar que no nos agreda demasiado es una postura prudente o quizás demasiado imprudente. Las medidas de aislamiento, de usar tapa bocas y aislar a los positivos no estarían de más. La guardia se ha bajado en todo el mundo y el sistema sanitario hospitalario resiste bastante bien, que siga resistiendo este otoño sería una buena noticia sobre todo si la gripe tomara el mando y la covid se esconde aún más. Esperar y ver, escuchando lo que los medios nos oferten con criterio o sin él, es nuestro destino.
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