lunes, 11 de mayo de 2020

Capítulo XXXIX: A por setas

  El desconfinamiento tiene matices importantes, no es lo mismo reunirse en torno a una mesa en la terraza de un bar donde abundan las distancias cortas que irse solo en coche a unos kilómetros del pueblo y pasear por el campo en busca de setas y las encontradas servirán para unas excelentes cenas revueltas con huevos.
   Las franjas horarias son un incordio tremendo para todo el personal según sus edades,en breve cada Autonomía soltará amarras y favorecerá salir a por setas o simplemente salir d ecasa.Es complicado contagiarse en el campo donde se podrá ir sin horarios a disfrutar del paseo sin encontrarse con casi nadie.No todo el mundo tendrá estas oportunidades,el campo es limitado para los pocos que tienen fácil acceso al mismo y las grandes poblaciones tiene la opción de la bici,el paseo,correr,sacar al perro y a los niños y a los dependientes y nos juntamos en los sitios de siempre.Es difícil cambiar de hábitos,de acera cuando ves a alguien sin mascarilla y hay que acostumbrarse a pasar al lado o evitar el juntarse demasiado.
   Hay gente que empieza a disfrutar del desconfinamiento aunque se acaben las setas,usar el cohe un ratito,aparcar donde se pueda, abandonar el coche,salir a dar un paseo aunque no encuentre setales,buscarlos con la vista,dirigirse a ellos y ver si queda algo o ya ha sido saqueado por alguien,tiene su encanto aunque vuelvas con las manos vacías.
   En estos momentos a otros nos toca hacer tiempo,teclear un poco hasta que la tarde avance y se nos permita salir a pasear.La opción no es tan mala, al fin y al cabo cumples tu destino de pasar el tiempo los mejor posible,sin aburrirte demasiado y practicando la escritura sin decir grandes cosas,más bien reseñas las cosas menores de lo que hacemos habitualmente en la ciudad del Levante o en las tierras de Campoo.

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