Cuando la pandemia arrecia los politicos piden que nos vacunemos, los jueces no tiene claro lo del pasaporte en algunos lugares y en otros sí. Los ciudadanos protestan, no quieren perder su libertad y algunos opinan que los no vacunados debieran pagarse de su bolsillo si enfermaran de covid o lo que es lo mismo que la seguridad social no pague sus gastos.
Las mayorías suelen tener razón, los más se vacunan sobre todos los del G20, en otros lares van por un miserable 3% los vacunados, quisieran ir mejor y protestan por la ineficacia de sus sistemas, se supone pues no hay noticias al respecto en los medios.
Las democracias sufren, la autocracia se impone para dominar la pandemia, noticias sobre la libertad de unos o la insolidaridad de los mismos. El sufrimiento lo sabe quien lo padece, algunos negacionistas han caído y duele verlo reflejado en los medios. En fin unos opinan que hay que vacunarse y otros que no y se demandan por dar sus opiniones. Los fallecidos no tienen opciones y la mayoría no quería dejarnos discutiendo que es lo bueno o lo malo de tomar decisiones.
Los contagios se disparan pero no así los fallecidos que vuelven para inquietarnos. Lo cierto es que la olita puede pasar a ola en cuanto a los contagios, y veremos respecto a fallecidos, hospitalizados, UCIs, al 5% de positivos de las prueba que se hacen, el doble de la incidencia a 7 días respecto a los 14 días y a los contagios por cada contagiado que se lo pase a más de 1. Resumiendo hay que ver como van las cosas en un futuro inmediato, la tendencia es preocupante para las próximas semanas, ya lo decían la previsiones de la Universidad de Washington: ola, olita u superola. En función de las medidas así serán los resultados.
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