Los muertos son muchos más de los esperados pero son siete veces menos que en olas anteriores. En esta ola se superó el millón de contagios contra seiscientos mil de la ola previa. Se ha bajado la edad media de fallecidos a 80 años, mientras antes era de 86. La letalidad pasó de 1,7% a 0,2 % por cada 1000 habitantes. Murieron más del doble en la previa que en la quinta ola. Las vacunas han funcionado muy bien y los datos preliminares del Carlos III dicen que para los ancianos la probabilidad de morir por coronavirus es mucho menor ahora. Entre la segunda y la cuarta ola (no hay datos fiables de la primera) fallecían un 22% de los mayores de 90 años que se infectaban, cifra que ahora baja al 9,7%; antes morían un 14% de los octogenarios (5,5% ahora) y un 5% de los que tenían entre 70 y 79, cifra que ha bajado al 1,7%.
El 70 % de vacunados este verano deja un futuro de esperanza para hipotéticas siguientes olas. A tenor de lo visto hasta ahora, la letalidad será todavía menor: ya han recibido la pauta completa nueve de cada 10 mayores de 40 años y la campaña sigue avanzando entre los menores de esta edad. Aunque las vacunas dejen pasar la infección meses después de los pinchazos, todavía son robustas a la hora de evitar complicaciones y fallecimientos. Para aquellos todavía vulnerables por fallos en su sistema inmune, pronto se hará un tercer pinchazo. Los especialistas consideran que en los próximos crecimientos de la onda epidémica habrá que estar muy atentos a los hospitales y a si, en algún momento, la vacuna deja de evitar muertes entre los ancianos, lo que llevaría a plantear un tercer pinchazo también para ellos.
Datos de Pablo Linde ,El Pais.
Los datos han de mejorar, es un deseo y hay que ser optimistas. La IA cae de 200 por primera vez desde el 4 de julio de 2021.
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