No son de obligado cumplimiento pero seguimos usándolas mayoritariamente porque no tenemos claro el tema del contagio por cercanía o más bien si tenemos claro que la cercanía no es prudente. El negocio de las mascarillas no debe ceder ni aunque el Gobierno haya claudicado o hayan claudicado y quieran a toda costa que la vida se normalice. Estamos aún lejos de la normalización si bien los restaurantes están llenos y eso es bueno para la ciudad y los ciudadanos.
Hoy los musulmanes han celebrado la Fiesta del Sacrificio del Cordero, se han reunido y en la celebración en lugar público y exterior han estado con mascarilla, han cumplido su ritual manteniendo la prudencia y se les veía contentos, al menos esa ha sido mi percepción al verles en todas direcciones partir con los suyos.
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